Pocos días alcanzó a vivir don Camilo en el Hogar de Cristo en Valdivia. Una semana para ser exactos.
Nunca se sintió verdaderamente cómodo, a pesar de la confortable hospedería perteneciente a la obra fundada San Alberto Hurtado.
Y es que Camilo Cossio, de 86 años, se transformó en el abuelito más popular de Futrono, luego que vecinos denunciaran las precarias condiciones en las que vivía dentro de un contenedor en el sector Los Castaños.
De ahí en adelante, el destino del octogenario ha estado en el centro de la atención pública.
UN POCO DE HISTORIA
Durante un buen tiempo Camilo Cossio residió en Puerto Las Rosas. Allí llegó cuando los años comenzaron a disminuir su capacidad laboral. Recibía visitas de familiares desde Paillaco y era atendido con alguna frecuencia por los programas de asistencia del Hogar de Cristo de Futrono.
Combatía su soledad con el cigarrillo, junto a sus fieles perritos y cuando podía, el alcohol también se hacía presente.
Luego los propietarios del terreno de Puerto Las Rosas gestionaron su traslado hasta Futrono. Recibió un contenedor, incluso dinero - según explica el propio don Camilo - para establecerse en un sitio arrendado en Los Castaños
Pero su vida allí se hizo insostenible porque no contaba con los servicios básicos y además fue víctima de agresiones.
DIFÍCIL CARÁCTER
En ese momento el tema se hizo público.
El municipio - a través del Departamento Social - y el Centro de Encuentro del Adulto Mayor Los Castaños (CEAM) del Hogar de Cristo, apuraron los trámites conseguirle un destino seguro, a falta de familiares disponibles para atender sus necesidades. Así surgió la oportunidad del cupo en el Hogar de Cristo de Valdivia.
Todos celebraron la nueva vida de don Camilo. Tendría comida, ropa limpia, techo, calefacción, y cuidados permanentes. Todos felices, menos él.
Pero don Camilo desde siempre tuvo carácter fuerte y su tendencia al consumo de alcohol hacía difícil la conviviencia, situación que debilitó sus vínculos familiares. Es la razón por la cual en el peor momento de su vida sus redes parentales de apoyo, brillaron por su ausencia.
“Tiene hijos, pero éstos no quieren saber nada de su papá, porque los dejó cuando eran niños”, confidenció un familiar a nuestro diario.
Don Camilio tiene 6 hermanas y 3 hermanas.
La sobrina Patricia Martel, se enteró por Diario Paillaco que su tío estaba viviendo en el Hogar de Valdivia.
Parte de la familia que reside en Paillaco asegura que intentaron comunicarse con Futrono para canalizar alguna acción de apoyo pero fue imposible conseguir datos.
Por el contrario, afirman haberse sorprendido por la noticia que su tío estaba en el Hogar de Cristo de Valdivia. “Nos comunicamos con la institución y conversamos con él”.
El 17 de julio, Lucila y otro hermano fueron a retirarlo a Valdivia. Don Camilo estaba feliz.
Se quedará con su hermana Lucila, quien lo tendrá en su casa en Paillaco hasta que puedan construirle una habitación – en el mismo terreno – para que tenga la independencia que requiere.
“Siempre queríamos traerlo, pero él no aceptaba, porque no quería dejar sus perros. Ahora no le quedó otra que aceptar”, explica Patricia.
VISITA A FUTRONO
Su hermana y sobrina viajaron con don Camilo a Futrono para reunirse con el asistente social de la Municipalidad de Futrono, Daniza Saldías Voisier.
Junto a la profesional visitaron los talleres municipales para verificar el estado de los enseres que quedaron guardados cuando tuvo que abandonar el contenedor. Realizaron consultas y obtuvieron respuestas a las inquietudes surgidas en este proceso que culminó con la reunificación familiar.
La asistente social Daniza Saldía confirmó que esta semana se concretará un nuevo aporte para colaborar con la nueva vida de don Camilo. Un vehículo municipal se trasladará hasta Paillaco con un colchón y frazadas.
Un final ideal para este caso social que conmovió a Futrono.
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