Un gran susto pasó la familia Tapia Quezada de Futrono en lo que pudo ser la peor celebración de Año Nuevo. A eso de las 3.30 de la madrugada del primero de enero, se dieron cuenta que su camioneta ya no estaba estacionada frente a la funeraria de su propiedad, en calle Germán Riesco.
Casi no durmieron esa noche. Buscaron la Ford Ranger Azul cabina simple por todos los rincones de Futrono y nada. Hicieron la denuncia y ya sin esperanzas, se fueron a dormir prácticamente de día.
Sin embargo, la buena noticia llegó después de almuerzo. Una sobrina había publicado en su Facebook detalles de la camioneta y un contacto le dio la sorpresa: la Ford estaba en Nontuelá.
Más que felices avisaron a Carabineros y se fueron a Nontuelá. Allí estaba la camioneta, estacionada y sin daños. Según Carmen Quezada, la única explicación es que la usaron para trasladarse o bien se arrepintieron de llevársela a otra ciudad. “Lo que sea, pero la recuperamos y estamos felices”, dijo a Diario Futrono.
Aunque tardaron en tener la orden del Fiscal, en la tarde del primero la gran Ford ya estaba de vuelta en casa y esta vez – aclara Carmen - tomarán todas las precauciones para no dejar las llaves puestas, pues el olvido de fin de año, casi les sale muy caro.
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