Recordar salva vidas y ayuda a prevenir desastres

En el aniversario 62 del gran terremoto de Valdivia, autoridades rescatan la posibilidad de aprender de los eventos del pasado, para no repetir errores en el futuro.

Este aniversario 62 del terremoto y tsunami de Valdivia tiene un sabor especial. Menos triste y más esperanzador. Las razones: la promulgación durante esta semana del Día Nacional de la Memoria y Educación sobre Desastres Socio-Naturales -a celebrarse cada 22 de mayo- y la suscripción de Valdivia como “Ciudad con Buena Memoria y Educación ante Desastres”. 

Además de estos hitos más bien intangibles por ahora, este viernes en el contexto del programa “Quiero mi Barrio” del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, dirigentes de Barrios Bajos, de Valdivia, participaron en la elección de fotografías que se instalarán en la estructura de dos paraderos pilotos en el sector. 

En este contexto, autoridades locales, regionales y nacionales conversaron con Diario de Valdivia sobre la importancia de recordar eventos como el terremoto y tsunami de 1960. 

“Recordar ayuda a prevenir”

El director regional de Onemi, Daniel Epprecht, destacó la importancia de los símbolos y que se empiecen a generar acciones concretas como las mencionadas: “celebramos que empiecen a ocurrir estos cambios y que empiecen a instalarse símbolos que nos hagan recordar los distintos tipos de eventos que han afectado a las personas en diferentes zonas del país, porque recordar ayuda a prevenir”.

Agregó que mientras más cosas concretas existan, tanto mejor: “si tuviésemos más símbolos a la vista de todos estaríamos recordando que el nuestro es un país lleno de amenazas. Casi el 50 por ciento del territorio nacional se encuentra afecto a más de tres amenazas, por eso es necesario recordar, para que las generaciones futuras tengan este recordatorio, tomen las acciones necesarias y sepan qué hacer en caso de que los eventos se repitan”. 

Epprecht aseguró: “lo importante es que las personas estén preparadas de tal manera que la resiliencia que puedan tener sea la mayor posible”. 

En el mismo sentido, el director de Onemi Los Ríos rescató el trabajo realizado con los colegios de la zona, el que calificó como muy reconfortante. “Hoy todos los centros educacionales de la región están capacitados para hacer su Plan Integral de Seguridad Escolar, PISE. Es decir, casi 500 establecimientos municipales y no municipales”. 

Precisó que la labor de Onemi en este ámbito es entregar las herramientas para que elaboren estos instrumentos, “pero son los directores de cada recinto los responsables de confeccionarlos y actualizarlos para disminuir la vulnerabilidad de los alumnos y aumentar su resiliencia ante la ocurrencia de cualquier tipo de evento”. 

Educación y mitigación

Para la encargada Nacional de la Comisión de Reducción de Riesgo de Desastre y Reconstrucción del Minvu, Magdalena Radrigán, “rescatar esa memoria asociada a desastres y ponerla al servicio de las nuevas generaciones es también una oportunidad de estrechar el vínculo territorial y barrial con la ciudad”. 

Radrigán destacó, en este sentido, la instauración del Día Nacional de la Memoria y Educación sobre Desastres Socio-Naturales. “Es una oportunidad en términos de poder incorporar a nivel curricular la educación sobre desastres”. 

“Eso va a servir de puente con las nuevas generaciones que se encuentran localizadas en territorios que han sufrido eventos anteriores, por lo que el trabajo de relocalización -uno de los temas más complejos de abordar desde la gobernanza del desastre- que se podría hacer con ellos, se puede potenciar”, aseguró. 

La autoridad del Minvu afirmó que “también debe haber un trabajo de preparación comunitaria para entender los desastres. Hoy existe la falsa creencia de que estamos preparados a nivel país de tener una cultura de desastres”.

Y aclaró: “hemos avanzado, pero falta mucho camino por recorrer, en particular, para poder crear esta noción de que, si estamos expuestos a amenazas, entenderlas, saber con quién nos tenemos que relacionar, en qué nivel, cómo evacuar, en qué situaciones y hacia dónde, tener preparado un kit de emergencia”, por ejemplo. 

En materia de construcción Radrigán explicó: “Se puede construir en ciertas zonas cuando aplicas criterios de mitigación. Es una herramienta a la que tenemos que echar mano, porque no siempre vamos a contar con suelos disponibles exentos de riesgos”. 

Precisó que considerando lo anterior “cobran relevancia las obras físicas de mitigación, en particular, a nivel de espacio público”.

“En entender lo ocurrido radica la capacidad de evolucionar”

La directora ejecutiva de Proyecta Memoria, Camila Wirsching, refiriéndose a la falta de acciones concretas para recordar, sostuvo que por diversas razones muchas veces los chilenos caemos en “la cultura del olvido, porque los desastres son memorias incómodas, porque son eventos traumáticos”. 

Sin embargo, manifestó que es posible mirar desde otra perspectiva esos mismos hechos. “Los recuerdos pueden transformarse en memorias positivas, educativas que mediante el uso del arte y la cultura pueden convertirse en ritos y ceremonias que poseen un valor de aprendizaje para no cometer los mismos errores. En entender lo ocurrido radica la capacidad de evolucionar y enfrentar mejor lo que podría venir”, aseguró.

Sobre el pacto “Ciudades con Buena Memoria y Educación ante Desastres” firmado con la Municipalidad de Valdivia, Wirsching dijo que “es un símbolo de que esta administración quiere avanzar hacia la memoria y educación ante desastres, lo que es muy relevante siendo esta ciudad el lugar que mayores efectos tuvo tras el sismo de mayor magnitud registrado en la historia de la humanidad”.

Otras 15 ciudades también han adherido a este pacto. Entre ellas Talcahuano, por el tsunami de 2010, Chillán por el terremoto de 1939 y Taltal por el aluvión de 2015. 

La directora ejecutiva de Proyecta Memoria hizo además una invitación: “A reconocer que habitamos un territorio vivo y que existen amenazas naturales que con el cambio climático serían cada vez más extremos”.

Compromisos en educación

La alcaldesa Carla Amtmann afirmó que avanzar en términos de rescatar las experiencias anteriores “es una prioridad, especialmente, en relación con el valor de la memoria como uno de los principales instrumentos colectivos para construir sociedades”.

Agregó que tiene confianza en los pasos que se están dando en este sentido. “Estamos sentando las bases de un país y de una comuna en donde la memoria es un aspecto fundamental, por lo que espero que las próximas generaciones recuerden y aprendan las lecciones que dejó el terremoto más grande del mundo”. 

Destacó tanto el pacto firmado con Proyecta Memoria, como la pronta promulgación de la ley que crea el Día Nacional de la Memoria y Educación sobre Desastres Socio-Naturales, pues en conjunto “van a generar las condiciones para que todos los establecimientos educacionales conmemoren el terremoto del 60, no solamente en Valdivia, sino en todo el país”. 

Expresó que uno de los compromisos que espera cumplir es convertir el documental sobre el Riñihuazo “en un material no solamente obligatorio dentro de nuestras escuelas, sino parte fundamental de la construcción identitaria de nuestra Valdivia”. 

Y junto con afirmar que espera que “el ejercicio de recordar pueda consolidarse como una política pública colectiva dentro de nuestro territorio”, Amtmann dijo tener un anhelo aún mayor: “contar con un sitio de memoria, un espacio museológico en donde se rescate la experiencia del terremoto del 60”, concluyó.