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4 de febrero de 1820: Patriotas toman control de fuertes Niebla, Carboneros, El Piojo y Mancera

Por Osvaldo Soto / 3 de febrero de 2020
Serie#LaTomadeValdivia: A las 20 horas de un día como hoy las embarcaciones Moctezuma e Intrépido fondeaban en la bahía de Corral. La toma de Valdivia era una realidad. Reportaje de Pablo Santiesteban.
Atención: esta noticia fue publicada hace más de 4 años

Parte 3. 

Mientras los patriotas guiados por Beauchef consolidaban su avance por tierra en la costa, en la ciudad de Valdivia se supo la noticia de la llegada de las tropas de Cochrane y la confusión fue aún mayor. El gobernador Montoya ni siquiera atinó a organizar la defensa de la ciudad y decidió evacuarla y en la retirada las tropas realistas saquearon los almacenes y las casas.

A la mañana del 5 de febrero Jorge Beauchef entró a Valdivia y posteriormente lo siguieron Cochrane y Miller. La entrada fue por la calle de los Abastos, actual Paseo Libertad.

El vicealmirante lanzó una proclama a la ciudadanía, asegurando que sus intenciones eran pacíficas y los invitó a apoyar la causa de la patria. Muchas familias que huyeron a los campos regresaron a Valdivia, apoyaron a los patriotas y se nombró a Jorge Beauchef como gobernador militar.

El 7 de febrero se eligió en un cabildo abierto a un gobernador civil, cargo que recayó en el vecino Vicente Gómez y más tarde el gobierno patriota eligió en ese cargo a Cayetano Letelier, cargo que asumió el 19 de mayo de 1820.

UNA HAZAÑA

La noticia de la toma de Valdivia causó impacto en la sociedad santiaguina, tanto que Cochrane, Beauchef y sus hombres fueron proclamados “héroes” por el periódico La Gaceta Ministerial. La noticia llegó meses después hasta las islas británicas, pues el secretario de la Escuadra chilena, señor William Bennet Stevensen, escribió al periódico The Times de Londres sobre la toma de Valdivia y ese diario publicó una crónica del hecho que quedó registrada en la edición del 30 de mayo de 1820.

Entre las consecuencias del acto bélico que liberó Valdivia fue que las tropas realistas que aún hacían guerra de guerrillas en el sur, al mando del montonero Vicente Benavides, dejaron de recibir ayuda.

En un momento Thomas Cochrane pensó en destruir los fuertes en caso que los españoles contraatacaran, pero desechó la idea por considerar que estaban magníficamente construidos. Sobre Valdivia, el marino escocés escribió una carta a Bernardo O’Higgins donde le dice: “No he visto en Sudamérica un país que me parezca llamado a figurar como el centro de la agricultura, el comercio y las artes mejor que Valdivia” y añadió en dicha carta que “El temperamento es sin duda mejor que el de Inglaterra y si todo no se encuentra aquí en abundancia sólo debe culparse a sus moradores”.

Thomas Cochrane estuvo en Chile hasta 1823, posteriormente sirvió en la Armada de Brasil y después en la de Grecia contra el Imperio Turco Otomano. En 1832 fue reincorporado a la Armada Británica y logró el grado de Contralmirante. Murió en 1860 y su restos descansan en la abadía de Westminster.

El francés Jorge Beauchef siguió en acción y fue requerido por Ramón Freire para la liberación de la isla de Chiloé donde volvió a ser héroe en las batallas de Pudeto y Bellavista en 1826. Más tarde luchó contra la banda de los Pincheira y ya retirado del ejército regresó a su país junto a su esposa chilena, pero regresó nuevamente y se quedó hasta su muerte acaecida en 1840. 

Guillermo Miller junto a Cochrane fue parte de la invasión a Chiloé y fue herido en una pierna en el ataque al fuerte Agüi el 18 de febrero de 1820. Posteriormente fue parte de la Expedición Libertadora del Perú y se quedó en dicho país al mando del general Simón Bolívar con quien libró las batallas de Junín, Corpahuaico y Ayacucho. Falleció en 1861 en El Callao, Perú, a bordo de un buque británico.

LOS FUERTES

Tras el ataque los fuertes de Valdivia sufrieron el abandono. El propio Cochrane, que al menos no los destruyó, se llevó los cañones de los castillos como botín de guerra. Los cañones que actualmente ven los turistas en los fuertes datan del siglo XVII y ya en 1820 habían sido dados de baja por los españoles.

Recién en 1891 se rehabilitaron los fuertes durante los días de la Guerra Civil con algunas piezas de artillería. Valdivia decidió apoyar al bando del presidente José Manuel Balmaceda, pero esa habilitación fue parcial y posteriormente volvieron a caer en el abandono.

Recién en la década de 1950 los fuertes de Corral, Niebla, Amargos y Mancera fueron declarados monumentos nacionales y a principios de la década de 1970 se inició por fin un proyecto serio para restaurarlos y habilitarlos para la visita de turistas. Dicho proyecto lo dirigió el arqueólogo e historiador suizo, radicado en Chile, Roberto Montandon Paillard.

¿Saben los valdivianos que pasó en calle Libertad?. En el último capítulo conoceremos el presente de esta vía que marcó un punto vital en la historia de Chile. 

Capítulos anteriores. 
Ver parte 1 .- 
1820: Valdivianos leales al Rey y la contratación de Thomas Cochrane para encabezar el ataque (Parte 1)

- Parte 2
La débil defensa española de los fuertes y el rol clave del francés Jorge Beauchef

 

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