Señor director:
La tarde de ayer, los laguinos presenciamos con lágrimas y lluvia, la despedida de Tomás Rojas Vergara.
Muchos han escrito a través de las redes sociales la injusta manera que se fue de este mundo. Se han expresado en la falta de reconocimientos de la nuestras autoridades al legado que dejó en la comuna desde su llegada a Los Lagos, su excelencia profesional y su innegable espíritu de servicio.
Algunos creemos que su deceso era justificación suficiente para que las autoridades cancelaran cualquier compromiso fuera de la comuna. Pero a veces grandes hombres reciben gestos desafortunados de otros hombres empequeñecidos por su soberbia y mezquindad.
Nuevamente fue la ciudadanía, los trabajadores de la salud, los campesinos que viajaron del sector rural, los gestores culturales los que le acompañaron.
Hoy mi homenaje no será para el matrón, director del departamento de Salud, Concejal. Ese homenaje, estoy seguro, será la deuda con su familia y la ciudadanía que deberán saldar esos otros, que no estuvieron el domingo.
Me quiero referir a Tomás Rojas, el entusiasta vicepresidente de la Comisión semana laguina. Aquel que derrochaba sueños de que nuestra comunidad tuviera acceso a más cultura en la década de los noventa. Aquel que invitaba a su casa a esos jóvenes que hoy somos hombres y que compartía con nosotros su música, la película “los siete pecados Capitales”, la poesía de Neruda, sus grabaciones del golpe de estado, su espacio con su amada “peque”, porque al entrar a su casa al lado de la señora Nieves o en calle Castro, nos encontrábamos con dos sonrisas incomparables la suya y la de Leila . Aquel a quien, algunos, jamás pudimos decirle Tommy, porque admirábamos su forma de hacer servicio público, en sus ratos libres; que seguían siendo espacios de trabajo abnegado.
Quiero hacer un homenaje al hombre que compartía sus libros y que demostraba que Khalil Gibran enseñaba a través de la simpleza los valores fundamentales del hombre y que estaban relacionados con la solidaridad y el amor por los demás. A Tomás Rojas que apoyó con su presencia una tertulia poética, un encuentro folklórico o un encuentro de teatro. A aquel que habilitó un espacio para que se reunieran los jóvenes hace veinte años para que nosotros la sintiéramos como una oficina de la juventud, a Tomi, Shogun, don Tomás, negrito, al lector incansable.
Cuando el consultorio reciba la placa con su nombre no será gracias a la gestión de las autoridades. Como pocas veces, será el clamor de la comunidad que hará justicia, tan sólo en parte, al merecimiento de quien no nació en esta tierra pero que dedicó sus mejorar la calidad de vida de la comunidad Desde ayer descansa en paz bajo su manto, un verdadero hijo ilustre de Los Lagos. Tomás Rojas Vergara….. Presente.
FRED ROLF CHICO FERNANDEZ
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