El Observatorio de la Industria Alimentaria Los Ríos, de la Universidad San Sebastián de Valdivia, entregó los resultados de la Encuesta de Inseguridad Alimentaria que se aplicó en la capital regional y que dentro de sus principales resultados evidenció un 33% de inseguridad moderada.
Se trata de una encuesta que aplicó el observatorio que se conforma por las carreras de ingeniería comercial y nutrición y dietética, el cual reflejó un 33% de inseguridad alimentaria moderada en Valdivia y un 6,7% de inseguridad severa.
Sobre la encuesta, el director de ingeniería comercial, Francisco Mena, explicó que “es un estudio exploratorio que demuestra la inseguridad alimentaria en nuestra ciudad. Hay resultados que son invisibles para la comunidad valdiviana como, por ejemplo, que el 6% de los encuestados indicaron que no habían tenido en algún momento la oportunidad de consumir alimentos durante todo un día”.
El estudio fue realizado por alumnos de la carrera de nutrición y dietética de la USS Valdivia y la encuesta llamada “Las Voces del Hambre” de la FAO, fue aplicada a 499 personas.
Para llegar a dichos resultados a los encuestados se les aplicaron ocho preguntas, que evidenciaron que un 51% de la población valdiviana se ha preocupado por no tener suficientes alimentos para comer por falta de dinero u otros recursos; además un 37% contestó que en su hogar no se han podido comer alimentos saludables y nutritivos por falta de dinero u otros recursos.
En tanto un 44% de los consultados contestó que en alguna ocasión en su hogar se comió poca variedad de alimentos por falta de dinero u otros recursos; un 18% en su hogar tuvo que dejar de desayunar, almorzar o cenar porque no había suficiente dinero u otros recursos para obtener alimentos.
Mientras que un 34% contestó que, en los últimos 12 meses, en su hogar, hubo alguien que comió menos de lo que pensaba que debía comer por falta de dinero u otros recursos; un 22% refirió que en alguna ocasión en su hogar se quedaron sin alimentos por falta de dinero u otros recursos.
Asimismo, un 23% afirmó que algún miembro de su hogar ha sentido hambre, pero no comió porque no había suficiente dinero u otros recursos para obtener alimentos y un 11% dijo que dejó de comer todo un día por falta de dinero u otros recursos.
Dentro de las soluciones identificadas por los académicos se encuentran la necesidad de impulsar estrategias que favorezcan la disponibilidad de alimentos en todo momento para la comunidad y que además sean saludables y nutritivos.
Además de la transformación a un sistema alimentario más sostenible para enfrentar esta crisis, partiendo desde las políticas públicas para favorecer el sector productivo y económico desde pequeños a grandes productores, hasta favorecer la soberanía alimentaria desde las comunidades y a nivel local.
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